¡Whiskitos salvados!!!
El pasado viernes Gorka, que quería una hermanita para el Whisky, me dijo de ir a ver si podíamos coger a los whiskitos. Mis padres ya hacía días que no los veían, así que yo pensé que iríamos a ver el tejado en donde estaban y poco más.
Cuando llegamos no vimos ni a la Whiska ni a sus gatines, y la puerta para acceder al tejado del centro estaba cerrada y no se veía a nadie que pudiera abrirnos, así que fuimos a recepción a ver si nos podían ayudar. Los administrativos del centro nos dijeron que no, que no tenían las llaves y nos dieron un teléfono para llamar al lunes siguiente.
Salimos con más pena que gloria y dimos otra vez la vuelta para ver si veíamos por lo menos a la gata, y cual fue nuestra sorpresa que la puerta estaba abierta. Así que yo me quedé fuera y Gorka entró, subió al tejado (por las escaleras) y miró a ver si había alguien. Cuando encontró al hombre que hacía el mantenimiento, yo también subí.
El hombre que había allí nos dijo donde estaban: dentro de una salita de aires acondicionados que estaba cerrada y que él no podía abrir. Luego apareció otro hombre y éste si nos abrió la puerta. Teníamos bastante miedo de encontrar a los gatitos muertos, porque a aquel sitio no se podía entrar y la madre no les podía dar de comer ni ellos comer nada...
Pero el mismo hombre que nos abrió, se asomó por debajo de las máquinas que había y nos dijo que los gatitos estaban allí debajo: ¡bien calladitos! (y seguramente asustados). Así que, si no llegamos a ir, se quedan allí y quien sabe si hubieran muerto.
Gorka empezó a mirar y, al cabo de un rato, salió con un gatito muy asustado en la mano. Yo intenté ayudarlo y dejó de morder a Gorka para morderme a mí: los dos estábamos sangrando (tampoco una exageración). Parece mentira lo que puede hacer un gatito tan pequeño: ¡cómo se defienden!
A todo esto, había llegado la Whiska y mis padres estaban en la puerta esperando. Yo salí corriendo para ir a buscar el transportín pero me quedé a medio camino y cogí una caja de cartón de una tienda, que fue más rápido. Cuando llegué, el gatito estaba mucho más tranquilo y lo metimos en la caja.
Después de éste, Gorka, con la ayuda del hombre de mantenimiento, que llevaba guantes, sacó otro, y luego otro, y luego otro... y así hasta contar 5: ¡los 5 habían sobrevivido!!!! Así que al final había 5 gatitos metidos en la caja de cartón.
Gorka quería uno y, para Santi, guardé 2: así que soltamos a 2 de ellos, los cuales se fueron rápidamente con su madre.
Cuando nos íbamos con la caja de cartón... la gata nos quería seguir y mis padres la despistaron, pobre...
En conclusión: los 5 gatitos de la Whiska fueron "rescatados" gracias a Gorka, el hombre de los guantes de mantenimiento y a mi (yo abría la caja de cartón para ir metiendo a los gatitos).
Espero ir recibiendo fotos de los gatitos adoptados para publicarlas. Además, también habrá que ver qué pasa con la Whiska y sus gatitos en la calle: ella debería castrarse y, sus gatitos, ser adoptados (va a ser muy difícil). La vida en la calle es muy dura...
Cuando llegamos no vimos ni a la Whiska ni a sus gatines, y la puerta para acceder al tejado del centro estaba cerrada y no se veía a nadie que pudiera abrirnos, así que fuimos a recepción a ver si nos podían ayudar. Los administrativos del centro nos dijeron que no, que no tenían las llaves y nos dieron un teléfono para llamar al lunes siguiente.
Salimos con más pena que gloria y dimos otra vez la vuelta para ver si veíamos por lo menos a la gata, y cual fue nuestra sorpresa que la puerta estaba abierta. Así que yo me quedé fuera y Gorka entró, subió al tejado (por las escaleras) y miró a ver si había alguien. Cuando encontró al hombre que hacía el mantenimiento, yo también subí.
El hombre que había allí nos dijo donde estaban: dentro de una salita de aires acondicionados que estaba cerrada y que él no podía abrir. Luego apareció otro hombre y éste si nos abrió la puerta. Teníamos bastante miedo de encontrar a los gatitos muertos, porque a aquel sitio no se podía entrar y la madre no les podía dar de comer ni ellos comer nada...
Pero el mismo hombre que nos abrió, se asomó por debajo de las máquinas que había y nos dijo que los gatitos estaban allí debajo: ¡bien calladitos! (y seguramente asustados). Así que, si no llegamos a ir, se quedan allí y quien sabe si hubieran muerto.
Gorka empezó a mirar y, al cabo de un rato, salió con un gatito muy asustado en la mano. Yo intenté ayudarlo y dejó de morder a Gorka para morderme a mí: los dos estábamos sangrando (tampoco una exageración). Parece mentira lo que puede hacer un gatito tan pequeño: ¡cómo se defienden!
A todo esto, había llegado la Whiska y mis padres estaban en la puerta esperando. Yo salí corriendo para ir a buscar el transportín pero me quedé a medio camino y cogí una caja de cartón de una tienda, que fue más rápido. Cuando llegué, el gatito estaba mucho más tranquilo y lo metimos en la caja.
Después de éste, Gorka, con la ayuda del hombre de mantenimiento, que llevaba guantes, sacó otro, y luego otro, y luego otro... y así hasta contar 5: ¡los 5 habían sobrevivido!!!! Así que al final había 5 gatitos metidos en la caja de cartón.
Gorka quería uno y, para Santi, guardé 2: así que soltamos a 2 de ellos, los cuales se fueron rápidamente con su madre.
Cuando nos íbamos con la caja de cartón... la gata nos quería seguir y mis padres la despistaron, pobre...
En conclusión: los 5 gatitos de la Whiska fueron "rescatados" gracias a Gorka, el hombre de los guantes de mantenimiento y a mi (yo abría la caja de cartón para ir metiendo a los gatitos).
Espero ir recibiendo fotos de los gatitos adoptados para publicarlas. Además, también habrá que ver qué pasa con la Whiska y sus gatitos en la calle: ella debería castrarse y, sus gatitos, ser adoptados (va a ser muy difícil). La vida en la calle es muy dura...
Comentarios
¿Y cómo lo hicieron para colarse en esa sala? Si está tan cerrada, debían llevar allí días encerrados.
:-)