Visita para dos

Cuando bajé a recoger a la gata vi que caminaba... y fue un alivio. La cogí y le podía tocar todas las patas sin que se quejara. Se agarraba con fuerzas a mi, no se soltaba.

Subí para arriba a casa, los metí a los dos en el transportín (no sabéis lo que cuesta) y me fui con 10 kg de carga para el veterinario, que está en la calle siguiente paralela a la mía, con los dos gatos, aunque sólo tenía hora programada para el Tomcat.

Una vez en el veterinario dejé a la gata que caminara y la fui viendo bastante bien. Pero no las tenía todas porque con el susto que se había llevado lo mismo aún "no se sentía las piernas".

Así que cuando entramos a la visita primero pedí que miraran a la gata y la vio bien: sólo se había rascado la barbilla y la parte trasera de las patas de delante (el dedito ese raro que les cuelga a media pata). Le pusieron agua oxigenada y ya está. Luego en casa vi que iba a hacer sus cosas a la arena y que no había perdido el apetito así que no me preocupé ya mucho más aunque aún tenía el susto en el cuerpo.

Cuando la veterinaria miró al gato, vio que lo que tenía era un mordisco. Así que le puso un antibiótico y un antiinflamatorio.

Y como siempre, los dos se portaron estupendamente en el veterinario, escondiéndose como siempre para que no les hagan la revisión...

Final muy-muy-muy feliz.

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