Duros momentos


Ahora mismo, en estos mismos segundos, Gachupín está muriendo.

Gachupín nació en la calle, donde también vivía su madre, que era una gata negra y blanca muy cariñosa que también tuvo un final trágico, quizás más.

Acabo de decírselo a mis padres... y la verdad es que es de las pocas veces que mi madre se ha quedado callada, no hablaba. Mi madre es una persona con mucha energía que no puede estar sin hablar. Me sabe mal habérselo dicho a mi padre, porque lo he pillado camino del médico y le habré dado un buen disgusto, aunque quiera hacer parecer que no.

Ese gato, ese gran superviviente de la calle, con sus cuatro años de andanzas, acaba de morir en la mesa de una veterinaria, donde está sedado porque estaba tan nervioso que no se le podía uno ni acercar. Va a morir sacrificado por ser inmunodeficiente, enfermedad altamente contagiosa entre los gatos, y ni la protectora podía dejarlo en la calle para que no infectara a más gatos, ya que es mucho más contagiosa que el SIDA humano, ni yo ni nadie que conozca puede tenerlo en casa.

Debe haber muerto ya, porque la veterinaria me ha dicho que tenía que haber salido a las 18h y ya eran y media...

Va a morir sin dolor, sin sufrir, sin haber desarrollado en exceso la enfermedad, aunque la veterinaria ha dicho que tenía ya los ganglios inflamados y que los gatos lo pasan muy mal con esta enfermedad.

Sé de una colonia de gatos por un país del norte de europa donde recogen a gatos inmunodeficientes. Esta y más soluciones se me han pasado por la cabeza rápidamente cuando la veterinaria me iba confirmando la ejecución, pero finalmente he resumido en mi cabeza que nada podía hacer. Tampoco me daban más opciones. No he podido hacer nada más, con todo el dolor de mi corazón, y sabiendo lo que ese gato significa para mis padres.

Que es un gato muy salvaje y que no puede estar en una casa. Eso me ha dicho la veterinaria. Pero quizás estaba "muy salvaje" porque lo han tenido metido en una caja-trampa durante dos días sin comer ni beber y haciéndose las necesidades encimas: eso ha sido maltrato.

Gachupín siempre ha sido un gato poco cariñoso. Hace cuatro años que le damos de comer y nunca hemos podido tocarlo, porque nos daba palmaditas poco amistosas con sus zarpitas. Aún así, siempre que mis padres lo llamaban venía corriendo con ellos a comer y a pasar el ratito, seguro que feliz, del día.

Hace poco, cuando nacieron sus gatitos, hizo de padrazo: no se separaba de donde estaban. Hasta cuando pasaban los perros cerca, y aunque no se acercaran a los gatitos, se erizaba y los defendía (junto con su madre).

Siempre lo recordaremos.

Hoy no ha sido un buen día.

Comentarios

Jose Luis ha dicho que…
Al menos el gato tiene derecho a la eutanasia.

Si yo tengo una enfermedad terminal, tengo que esperar a que esa enfermedad me mate para morir.

Aunque quiera morir antes.

No tengo (no tenemos) derecho a la eutanasia.
Mellimami ha dicho que…
Sí: el gato tenía una enfermedad terminal, pero aún no la había desarrollado.

También es cierto que la inmunodeficiencia en gatos es mucho más contagiosa que la humana.

Pero es como si tú te haces un análisis de sangre, vas a recoger los resultados y te dicen que tienes el SIDA y que te tienen que eutanasiar. Tú te pones nervioso, te sedan, y te meten un chute para mandarte al otro barrio.

Otra cosa, en los humanos, es que intenten alargarte tanto en vida que provoquen tu sufrimiento. Esto también es maltrato.

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